miércoles, 5 de mayo de 2010

5 de Mayo

Creo que es conocimiento de muchos que en la Union Americana la celebración del 5 de Mayo como La Fecha más importante de México ha traido hasta festivales tradicionales en la casa Blanca. No me sorprendería que Alejandro Fernandez cantara hoy para el Presidente Obama, la agenda debe estar más que publicada, pero no es de mi interés.

El punto es que realmente conocemos poco del 5 de Mayo, o tal vez no debería generalizar, pero yo mi incluyo en la lista y siempre he reconocido que la epoca de los años 1800, ha sido para mi compleja y apenas podría dibujar adecuadamente el curso de la historia para ese siglo en México.

Al final del día, los hitoriadores nos plantearan distantas versiones y posiciones. Aquí una más, que me pareció interesante y la dejo a su consideración. Raul Fuentes Aguilar no habla sobre La Trascendencia del 5 de Mayo de 1862, ahi dejo la referencia original y hago réplica fiel del contenido. ¡Feliz 5 de Mayo ;) !..

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Opinión del experto
Raúl Fuentes Aguilar
La trascendencia del 5 de mayo de 1862



El general Ignacio Zaragoza obstaculizó el avance francés en Las Cumbres de Acultzingo, como una maniobra de aproximación indirecta, para evitar que las fuerzas conservadoras y del clero se unieran a los invasores, y que le permitiera preparar, lo mejor posible, el terreno donde librar el combate definitivo.

Así, en Loreto y Guadalupe, el ejército invasor, con el asombro y coraje de los “primeros soldados del mundo”, sufrió el rechazo de sus columnas en tres ocasiones.

Del primer rechazo, el coronel Juan N. Méndez asienta en sus memorias que él concurrió “con la compañía de Xochiapulco, perteneciente al batallón de Tetela —y no de Zacapoaxtla, como asientan algunos historiadores—, a la gloriosa batalla ganada al ejército francés. Este batallón fue el que recibió la primera carga y, a la vez, el primero que la rechazó”. Esto no quiere decir que las otras unidades, al mando del general Negrete, de Juan Francisco Lucas y Juan Crisóstomo Bonilla, no hayan heroicamente participado con otros serranos de Zacapoaxtla, Tetela, Tlatlauquitepec, Zacatlán, Chignahuapan y Huauchinango.

Después del tercer fracaso de las columnas francesas, el ejército invasor se retiró ordenadamente a la ciudad de Orizaba, donde fueron hostilizados por grupos guerrilleros, siguiendo la única táctica posible: fatigar al enemigo, sorprenderlo cuantas veces se pudiera, economizando municiones, pues desde el 2 de noviembre de 1862 el presidente Lincoln prohibió toda exportación de armas y parque, embargando los contrabandos.

Estas restricciones se mantuvieron durante toda la Guerra de Secesión; el 29 de octubre de 1862, por ejemplo, el gobierno norteamericano impidió el reclutamiento de mil voluntarios que iban a combatir al servicio del presidente Juárez, pero en cambio permitió al ejército francés que se abasteciera de mulas en su territorio para la campaña de México.

La victoria del 5 de mayo de 1862 retardó un año la ocupación francesa. Recordemos que en marzo de 1861, Abraham Lincoln ganó la elección como Presidente Republicano de Estados Unidos, y comenzaron a separarse de la Unión los estados del sur: Carolina del Sur, Mississippi, Florida, Alabama, Georgia, Louisiana, Texas, Virginia, Carolina del Norte, Arkansas y Tennessee, y empezó la Guerra Civil Norteamericana; esta era la oportunidad para las potencias europeas de reconquistar las colonias americanas, o al menos una parte de ellas.

En octubre de 1861, Francia, Inglaterra y España se confabularon para invadir México. Francia e Inglaterra se retiraron y Napoleón III, seguro de que el general Laurencez ocuparía México, quería apoyar a los Confederados del Sur contra los Unionistas del Norte, prolongando, por lo menos, la Guerra Civil para que los franceses no tuvieran interferencia en consolidar su invasión a México. Pero cuando el general Forey tomó la capital de México, el 7 de junio de 1863, el general Ulises S. Grant, el 3 de julio de 1863, vencía en Gettysburg al general Robert E. Lee; los sureños perdían la guerra y Napoleón III ya no tendría estos posibles aliados.

Por eso la victoria del general Zaragoza, al retrasar un año la ocupación francesa, hizo más por ayudar a la Unión Americana que cuando en febrero de 1866, el secretario de Asuntos Exteriores, William Seward, apremió a Napoleón para que se retirara de México.

Ignacio Manuel Altamirano escribió: “Hemos triunfado merced a nuestro esfuerzo, la victoria sobre la intervención europea ha sido obtenida por los hijos de México solamente, que no contaron ni con tropas, ni con armas, ni con dinero de nuestros vecinos”.

Para nuestro pueblo, el 5 de mayo fue y debe ser un ejemplo de fe inquebrantable en el triunfo del patriotismo, de la razón y la justicia por la libertad; nos hizo recordar que ningún país, por poderoso que sea, puede impunemente tratar de sojuzgar a otro, por más débil que parezca.

La victoria se obtuvo como galardón a un gran esfuerzo colectivo, despertado con plena conciencia por nuestros próceres.

La memoria histórica es vital para revivir el pasado de gloria, para entender el milagro realizado por Ignacio Zaragoza en la resurrección del sentido de Patria; es fundamental para enmendar errores y razonar aciertos.

En Loreto y Guadalupe hombres libres lucharon por la libertad, lo que a nosotros nos debe servir de ejemplo y estímulo entusiasta para dar siempre nuestro mejor y persistente esfuerzo como máxima aspiración para servir a México.

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